Pintura ayacuchana, década de 1990: continuidad expresiva de tradiciones y testimonios en tiempos de reconciliación y modernidad

Resumen

El ambiente artístico visual en la década de 1990 fue muy intenso. La contracultura fue muy evidente en la creación de obras modernas en el ámbito internacional; el latinoamericanismo conceptualizado por Ticio Escobar implicó el nacionalismo, el imaginierismo y un estado híbrido del pasado, presente y el futuro, mientras que en el Perú se percibía un desarrollo variado y espontáneo entre ideales y nostalgias visuales. En la primera mitad de los años noventa, la región de Ayacucho mantuvo un recelo en la expresión pictórica causado por el conflicto armado interno, condición que fue cambiando por sucesos muy importantes, como la captura de Abimael Guzmán. La expresividad pictórica ayacuchana a inicios de esta década se expresó en composiciones de corte tradicional y de testimonio, este último con algunas limitaciones no solo polí- tico-sociales, sino también con restricción de galerías y museos. Por otro lado, en 1995 se realizaron los “Talleres de Artes Plásticas y Encuentro Nacional de Escuelas de Bellas Artes del Perú”, auspiciados por la Unesco, evento cultural que abrió las relaciones institucionales para mejorar y compartir experiencias de aprendizaje, con un enfoque para descentralizar la pintura peruana. En ese sentido, se formula la siguiente interrogante: ¿qué expresa la pintura ayacuchana en la década de 1990, en medio de cambios sociales, políticos y artísticos locales, nacionales e internacionales? Para responder la pregunta, las obras que se consideran en esta investigación serán estudiadas y contrastadas mediante un método de análisis visual que genere posturas y criticidad.