Sobre Marco Martos

Autores/as

  • Julio Fabián Salvador Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.

DOI:

https://doi.org/10.15381/escrypensam.v17i35.13667

Resumen

Conozco a Marco Martos desde el año 1997. Recuerdo exactamente cómo lo conocí. Fue un día lunes del mes de abril. Un día antes había leído una entrevista en un diario sobre su último libro de aquel entonces: Leve reino. Él caminaba por los pasillos de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Me acerqué como un joven temeroso, con muchas dudas, y le pregunté: “¿Discúlpeme, señor, es usted Marco Martos?”. Él respondió con mucha amabilidad que sí lo era y después, al ver mi juventud, me preguntó: “¿Usted, qué estudia?”. “Física”, le contesté. Acababa de terminar los estudios de pregrado y jamás en mi vida había conversado directamente con un verdadero poeta. Yo tenía un gusto reprimido por la literatura; además, guardaba algunos escritos que no mostraba a casi nadie porque creía que mis textos no tenían el peso suficiente para ser considerados creaciones literarias. Sin embargo, Marco fue el que me dijo: “¿Sabías que hay un físico chileno, de nombre Nicanor Parra, que escribe poesía?”. Esa fue la primera vez que escuché del gran vate chileno, creador de la antipoesía. Fue Marco Martos quien me aseveró: “Si eres físico y te gusta escribir, no tiene nada de malo”. Luego me invitó al taller de poesía que dirige desde hace más de tres décadas y que en aquel momento codirigía con otro maestro: Hildebrando Pérez Grande. Desde entonces, me sumergí en la lectura concienzuda de los libros de grandes poetas. En las clases a las que asistí desde aquel momento conocí a Francisco Quevedo, Góngora, Saint-John Perse, Octavio Paz, Thomas Eliot, Ezra Pound, entre otros grandes de la poesía mundial. Poco a poco nos hicimos amigos.

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Publicado

2014-12-31

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Notas y reseñas

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